Tuesday, September 26, 2006

Un simio en el poder y todos le dan bananas

Como es posible que una persona como aquel tirano del caribe pueda ser elegido el peronaje más importante de américa latina. Sus redes del poder se extienden desde el altiplano hasta la isla caribeña, pero el quiere más, quiere controlar al Perú y a los gobiernos centroamericanos. Quiere ser la cabeza del grupo solo porque tienen mucho, mucho, mucho oro negro con el que puede chantajear y hacer amigos.

Se rodea de poderosos tiranos del oriente y se siente como en su casa cada vez que viaja a un país lejano, en el que lo reciben como al Papa. Se dedica a insultar a un presidente bobo que tiene ya muchos problemas sin contarlo a él. Pero sobre todo, se dedica a criticar a medio mundo y "al imperio".

Sus marionetas van perdiendo terreno en los países en los que trataba de extender su idea, pero el señor no quiere reconocer ninguna derrota, para él todos son fraudes y encima fraudes propiciados por "el imperio".

Está felíz teniendo a su país en una dictadura asolapada que excluye y maltrata a los que no están conformes y quieren un cambio. Tiene el control de los medios y disfruta aburriendo al pueblo unas 5 horas a la semana, en las que vuelve a criticar al "imperio" y a sus enemigos.

Es preferible que deje de decir tonterias, hacer monadas y cantar himnos equivocados. Si bien su fin político no es cercano, esperemos que algún día llegue y deje que la América de San Martín y Bolivar llegue a ser una realidad.

Algún día le dejarán de dar bananas y el simio tendrá que buscarse otro arbol del cual vivir.

Saturday, September 09, 2006

La nueva Babel que cambió al mundo: 11/09/01

Las cosas no fueron iguales desde aquel día. El mundo miraba atónito como el imperio era atacado, como 11 años de dominación como única potencia habían acabado. Pero no por el regreso de su antíguo rival, sino por una nación y una cultura que había sido derrotada 11 años atráz. En 1990 los Estados Unidos de Norteamérica era la única superpotencia en pie y celebraba su victoria con una guerra, una guerra contra los que no tenían muchas formas de defenderse. Esta guerra era por el oro negro y por placer.
El padre le dejó al hijo una bomba de tiempo, le dejó el rencor de una cultura entera. El padre dejó destrucción a su paso y el hijo recibió su merecido. Los misiles fueron lanzados 11 años antes, pero se contratacó con más efectividad, con más ira, con más rencor.
Una nación, una de las más olvidadas, la que se sentía de lejos, la que no generaba más que fastidio, esa, aquella tan diferente al occidente. Esa nación que era excluida, que tenía mucha pobreza a pesar de ser los verdaderos "mendigos sentados en bancos de oro", de oro negro. Ella respondió y con la furia de cientos de años de opresión, de guerras perdidas y miseria.
Los que se encontraban más al este de Estambul, allá donde termina la poderosa Europa, ellos contraatacaron al imperio y le quitaron su símbolo de poder, aquel lugar donde se concentraba su economía, donde el oro negro musulmán era valioso por su valor, donde el mundo entero se conectaba: El world trade center.
Las torres de la gloria, las más altas del mundo, tan cercanas al cielo, tantos idiomas hablados en ellas, tanto poder que como la antígua torre de Babel fue derribada de un soplo, pero esta vez no fue poder divino, tal vez Dios (el nuestro, el de ellos y el de los otros) solo pudo derramar una lágrima divina, un lamento que se escuchó por todo el universo o ver atónito como el mundo se autodestría. Vió como se pagó sangre con sangre, como la vendeta era cumplida, como la irracionalidad ha llegado a gobernar a este mundo tan racional.
El 11 de setiembre del 2001 cambió el status quo, le demostró al hijo que no era superman, le dió un nuevo waterloo a la historia y el imperiomás poderoso se demostró fragil e inseguro. Como lo dijo Michele de Nostradamus:
Desde los cuarenta y cinco grados, el cielo arderá.Y el fuego que descienda de él se aproximará a la gran Ciudad Nueva.En un instante, se alzara una gran Ilamarada que lessometerá a una prueba extrema.(VI, 97).
Luego de aquel día la guerra se declaró y el hijo trató de convertirse en un héroe aunque parecía más un bufón jugando a la guerra.Pero a pesar de eso se mantuvo en el trono, tal vez por su mediocridad, por su indiferencia o por el miedo mezclado con rencor. Marte reinó desde aquel día y más sangre siguió siendo derramada en vano, tal vez esa es la racionalidad de la cual el hombre se vanagloria: la simple irracionalidad.